Introducción al capítulo 20
Un azulejo que se cae de la pared, un desconchón en el techo de mi microbaño; un grifo que gotea…
Un azulejo que se cae de la pared, un desconchón en el techo de mi microbaño; un grifo que gotea…
La tía Regina me solía decir: “cuando el diablo no tiene nada que hacer mata moscas con el rabo”.
Y si hasta el diablo, que lleva toda la eternidad inventándose tentaciones para ver si los mortales le vendemos nuestra alma; se aburre y mata moscas…
Yo, que soy una pobre panadera a
la que su novio le ha quemado la pata; y se ha quedado este verano más colgada
que las playeras que columpian los latin kings en los cables de los postes de
la luz. ¿Qué diréis que he hecho para no salir corriendo detrás de Ezdwarz y
decirle que le quería?.
Muy fácil, contratar a Nicolás Panduro (un albañil ecuatoriano, lento como la paciencia) para que me arreglara el cuarto de baño de mi casa. Y pasito a pasito, y a golpe de escoplo, Marcos se ha cargado el tabique que separa el baño del salón. Además, como la ley del hijo de Murphy suele acompañar a los desventurados (Panduro y yo, lo somos), resulta que la tubería principal que recorre los escasos treinta y cinco metros cuadrados que tiene mi vivienda, la guillotinó Panduro pensando que era un tubo de plomo inservible. Desde entonces, y van casi dos meses, mi casa es un almacén de cemento y yo pernocto donde me dejan y puedo.
La trastienda de la panadería se
ha convertido en mi dormitorio. Ramiro, el maestro obrador, y dueño de la
tahona, me ha dejado colocar allí un camastro de gomaespuma, duro como el cristal de
roca, donde duermo. Encima de una vieja silla de madera he colocado todos mis
afeites, y juro que la silla
parece el mismísimo tocador de
María Callas antes de salir a escena. Soy pobre, pero cremas y barras de labios
no me faltan. Y a falta de mesilla de noche, he rescatado una banasta de frutas vacía de un contenedor y
ahí he apilado unos cuantos libros
que estoy leyendo en ratos perdidos.
Y los libros que desde
el mes de agosto me acompañan en
este destierro panadero y me hacen más cortas las noches son:
EL ARTE DE LA GUERRA/ Sun Tzu
<<Parece ser que vivir
tiene mucho de estrategia, y yo estoy aprendiendo a guerrear>>
Ensayos sobre la vida sexual y la teoría de las neurosis/ Sigmund Freud
<<En mi corto entender, a
Sigmund le estoy entendiendo mucho; pero tal vez yo sea carne de diván>>
Estética del cine/Jacques
Aumont, Alain Bergala, Michel Marie, Marc Vernet
<< Sin Ez a mi lado tengo
que seguir aprendiendo de cine por mi cuenta. Cada página me la leo cinco
veces, sí, es muy denso El espacio fílmico>>
<<Mamet
es para Ez, lo que Julio César era para sus legiones romanas. Y yo me declaro una legionaria de
Mamet>>
Muchos libros, mucho tiempo
ocupado y la cabeza hecha un trueno. El móvil suena, y Rascafría (la mucama de
Ez) me llama una y otra vez…